Intervención de la Articulación de Organizaciones de sociedad civil de América Latina y el Caribe hacia Cairo más 20 en Asamblea General de Naciones Unidas

Articulación de Organizaciones de sociedad civil de América Latina y el Caribe hacia Cairo más 20. Mi cuerpo, mi territorio.

22 de setiembre de 2014

BUENOS DÍAS (O NOCHES) SEÑORAS Y SEÑORES DELEGADOS

Hace 20 años en el Cairo, la participación de las organizaciones de mujeres de todo el mundo en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo fue fundamental para avanzar la agenda y asegurar un conjunto de compromisos por parte de los más de 179 gobiernos allí presentes. Dos décadas después, fortalecidas por la presencia de un movimiento más diverso y con nuevos actores, nos convocó el propósito de las Naciones Unidas de revisar el grado de avance de este Programa de Acción y, sobre todo, el interés de acompañar un proceso que sirviera para renovar el compromiso político con esta agenda, así como la oportunidad de hacer visibles los avances, las brechas, las desigualdades y los nuevos desafíos.

ALLÍ ESTUVIMOS, ACÁ ESTAMOS

Como latinoamericanas y caribeñas hemos estado presentes en cada una de las etapas de este proceso, desde las evaluaciones, reuniones expertas o temáticas, hasta las mesas principales, los pasillos y las cafeterías donde tantas veces se debate y acuerda. Hemos estado presentes en lo global, en lo regional y en el día a día en lo nacional y local, convencidas de que la agenda de los derechos sexuales y reproductivos, la dignidad, la igualdad y la no discriminación para las mujeres en todas sus diversidades, es una agenda inaplazable para cualquier sociedad que pretenda vivir en paz y construir un desarrollo sostenible en democracia.

ALLÍ ESTUVIMOS, ACÁ ESTAMOS

Esperamos que este proceso de revisión haya servido para que ustedes, líderes del mundo, UNA VEZ MÁS se comprometan con lo más importante en cualquier debate sobre el desarrollo: LAS PERSONAS. Los millones de mujeres y hombres de cualquier edad, indígenas, blancos o afrodescendientes, con diversas orientaciones sexuales e identidades, con distintos oficios. Esperamos que haya servido para reconocer que sin dignidad, sin derechos, sin educación y sin territorio para todas las mujeres, no hay desarrollo posible; que haya servido para refrescarles la memoria y constatar que pese a los muchos avances en nuestra región, continúan también profundos rezagos y enormes desigualdades... Y para recordarles que, como movimiento, estaremos vigilantes.

ALLÍ ESTUVIMOS Y ACÁ ESTAMOS OTRA VEZ

Hoy, aquí, en las Naciones Unidas y ante la Asamblea General que convoca a los principales líderes del mundo, queremos recordarles que:

Pese a los avances en las políticas relativas a los derechos sexuales y reproductivos, millones de mujeres viven bajo leyes que penalizan las decisiones relativas a su sexualidad o su reproducción y están sometidas a abortos inseguros, a la falta de métodos anticonceptivos, a la violencia de género.

Siguen siendo miles las que mueren por causas evitables relacionadas con la maternidad; miles las mujeres que viven en zonas de conflicto donde sus cuerpos son botín de guerra... Cada vez son más las activistas de los derechos humanos de las mujeres perseguidas y asesinadas por luchar en favor de la igualdad y la no discriminación. ALLÍ ESTUVIMOS Y ACÁ ESTAMOS OTRA VEZ PARA DENUNCIARLO.

Queremos recordarles señores y señoras delegados que siguen siendo millones las mujeres y jóvenes obligadas a vivir sin educación integral en sexualidad, sin acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. Millones las adolescentes embarazadas sin otro proyecto de vida posible. Millones las personas que deben enfrentar discriminaciones de cualquier índole.

Queremos recordarles que son muchas las políticas sin presupuestos, las políticas sin mecanismos y las brechas, desigualdades y violaciones a los derechos humanos sin castigo.

¿Y qué es lo que sigue impidiendo que avancemos MÁS y MÁS RÁPIDO? Qué es lo que tienen en común el secuestro de 200 muchachas en Nigeria, los feminicidios en México o Jamaica, la penalización total de aborto en Nicaragua, los matrimonios con niñas en Asia Meridional, las millones de mujeres infibuladas o las increíbles tasas de mujeres asesinadas por sus parejas en España, Estados Unidos o Colombia?

SE LLAMA PATRIARCADO, SEÑORAS Y SEÑORES y sostiene este sistema que refuerza la exclusión, el racismo, el sexismo, la homofobia y los fundamentalismos de todo tipo. Sostiene la frágil voluntad política de algunos y la poca memoria de otros con esta agenda. El desarrollo que debemos promover no debe limitarse a la reducción de la pobreza sino que debe abarcar los ámbitos productivo y reproductivo. Necesitamos un desarrollo en equilibrio con la naturaleza y centrado en las personas.

Por eso, como mujeres latinoamericanas y caribeñas, como feministas venidas de todos los movimientos, seguiremos luchando para que acuerdos tan trascendentales como el Consenso de Montevideo se conviertan en una realidad para todas las mujeres, por sociedades laicas en las que las políticas públicas y las decisiones más íntimas relativas a la sexualidad y la reproducción no estén determinadas por morales dominantes ni únicas, para ver reflejada en la agenda post 2015 y en los objetivos de desarrollo sostenible los derechos sexuales y reproductivos y la igualdad de género, por políticas nacionales que den coherencia a las distintas agendas internacionales.

Tal como lo dijimos en esta misma Asamblea tan solo pocos meses atrás:“...Las dueñas de los derechos somos nosotras, mujeres de diversos colores de piel y de cabello, mujeres jóvenes y viejas, de todas las sexualidades e identidades, de diferentes etnias y culturas... y somos muchas, somos todas las que cada día damos la batalla porque los gobiernos hagan bien su trabajo y garanticen el ejercicio de esos derechos.”

Seguiremos luchando para que la agenda del Cairo se cumpla a cabalidad y atraviese toda la agenda del desarrollo. ALLÍ ESTUVIMOS Y ACÁ ESTAMOS. Y NO VAMOS A PERMITIR QUE SE OLVIDEN.

 

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